Un caso reciente (a principios de febrero de 2019) de compensación financiera a 800 trabajadores que han estado expuestos al peligroso cromo hexavalente en el taller de los Nederlandse Spoorwegen (la compañía ferroviaria holandesa) en Tilburg (Países Bajos) ha vuelto a poner de manifiesto el peligro que supone esta sustancia.
Cuando los metales se calientan por encima de su punto de fusión, se evaporan y condensan formando humos de soldadura. La mayoría de las personas saben que estos humos de soldadura son peligrosos y nada sanos. Aunque no todo el mundo en la industria del metal –y en otros sectores donde se requieren soldaduras– es totalmente consciente del peligro, la mayoría de ellos están familiarizados con la ventilación local de gases residuales y equipos de protección individual para minimizar los riesgos para la salud que implica la soldadura.
Los humos de soldadura y la radiación UV de la soldadura se clasifican ahora como “cancerígenos para el hombre”.
Con el paso de los años, los motores diésel modernos son cada vez más limpios. O en otras palabras: son menos contaminantes y emiten menos humos peligrosos. Los motores diésel emiten incluso menos dióxido de carbono que los de gasolina y muchos fabricantes de motores diésel afirman que se ha reducido la mayor parte de las sustancias peligrosas de los gases de escape diésel.
La fiebre de los humos metálicos es una enfermedad respiratoria ocupacional benigna y de corta duración que se deriva de la inhalación de partículas metálicas finas. Si bien no se conoce el mecanismo exacto de este trastorno, se piensa que la causa principal está relacionada con la inhalación de humos de óxido de zinc producidos cuando el acero revestido de zinc o aleaciones que contienen zinc (p ej. latón) se calientan a elevadas temperaturas. Se utilizan una amplia variedad de nombres para esta enfermedad, como la fiebre del soldador, fiebre del fundidor de zinc o fiebre del humo.
Se debe proteger a los soldadores de los peligrosos humos de soldadura. Dependiendo del entorno de soldadura o cómo y qué se suelda, se puede proteger a los soldadores por medio de sistemas de aspiración en la fuente y filtración y ventilación general. Además, se pueden proteger mediante equipos de protección respiratoria (EPR), como cascos de soldador con suministro de aire fresco. Se sabe que los respiradores de aire suministrados proporcionan la mejor protección integral para los propios soldadores.
Hoy en día todo el mundo sabe que los humos de soldadura son muy peligrosos y que se deben tomar y observar todo tipo de medidas protectoras durante el trabajo. En otros blogs de este sitio podrá leer más acerca de estos peligros y riesgos. Pero, ¿realmente es todo el mundo consciente de la importancia de esas medidas protectoras, como EPP y ventilación de extracción local? Las respuestas de los propios soldadores son sorprendentes...
En edificios en los que se llevan a cabo soldaduras, el control de temperatura y los problemas de la contaminación transportada por el aire son importantes, por lo que aumenta la necesidad de proporcionar aire limpio. Aunque el aire fresco se suele conseguir con ventilación general, usar solo ventilación general para controlar los contaminantes transportados por el aire en soldadura suele ser muy poco efectivo.
Conforme a un estudio de la Universidad de Ottawa, quitarse la ropa de servicio inmediatamente después de combatir un incendio puede ayudar enormemente a reducir que la piel absorba compuestos cancerígenos.
Para aspirar los humos de soldadura y proteger al soldador la ventilación en la fuente siempre es la forma más segura y eficaz.
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