Los motores diésel y de gasolina que se usan en el Departamento de Obras Públicas producen una mezcla de gases y partículas tóxicos del proceso de combustión. Estas peligrosas emisiones de gases de escape en un garaje o instalación de almacenamiento representan el mayor riesgo de cáncer y una responsabilidad legal grave para los propietarios y operadores de estos edificios. Adicionalmente, la exposición al monóxido de carbono (CO), el llamado “asesino silencioso”, que crean tanto motores accionados por diésel como gasolina, puede tener un efecto grave o incluso mortal en la salud de las personas. Es esencial crear unas condiciones laborales saludables y seguras reduciendo estos riesgos en instalaciones del Departamento de Transporte y Obras Públicas.
Las medidas protectoras son un importante aspecto de este esfuerzo. Se recomiendan sistemas de eliminación de gases de escape de gran calidad para instalaciones existentes y nuevas con el objetivo de garantizar que no se excedan los límites legales de exposición.